Estudiantes le regalaron a su docente la campera de egresados.
La magia entre estudiantes y docentes, todo aquello que sucede por fuera de cronogramas, manuales, horas de clase, carpetas y hojas. Un profe de la Escuela Secundaria N°49 “Almafuerte”, de San Justo, recibió un regalo que guardará por siempre. Lxs pibxs lo esperaron, y le dieron una bolsa en la mano para que cuando la abriera pueda sentir el abrazo de ese grupo de estudiantes que encontraron en esta acción la forma de agradecerle y mostrarle el cariño que le tienen. “Te queremos mucho, esperamos que te guste”, se escucha de fondo y el profe se pone la campera, esa que nunca tuvo. Sonríe, se emociona, y larga las palabras: “Cuando se vayan, voy a llorar. El día que necesiten algo, no duden en escribirme”, les dijo para que el cariño a lxs docentes, muchas veces ninguneados por todo un sistema que pretende una educación rígida y estructurada, de salarios por el piso, de estigmas de gobiernos de turno, de medios que acribillan la profesión, pueda ser multiplicada en las aulas y en un colegio que hoy encuentra en el gesto, un abrazo.
Sabemos quienes hacemos de un trabajo una vocación, un modo de vida, un compromiso que no termina cuando el timbre suena, que lo importante más allá de los contenidos planteados, está en el oído, en mirarnos a los ojos, en la empatía con lxs pibes, en lo que sucede incluso por fuera de las horas de clases. Y muchas veces sucede la magia como estas imágenes pueden retratar. Una campera de egresados, los aplausos, la alegría y los estudiantes fundidos en un abrazo con ese docente que eligen y le agradecen.
Editorial Sudestada
