Por Editorial Sudestada
La runfla de diputados es conocida. Pero para los amantes del olvido, o los que defienden a genocidas llamándolos “octogenarios”, o “reclamando” un acto de “humanidad”, les contamos quiénes son, con solo algunos datos:
Astiz, entre tantos crímenes cometidos, se infiltró -con inteligencia criminal- en el grupo de la Santa Cruz “buscando a un supuesto hermano desaparecido”. Responsable directo del secuestro y desaparición de las 12 personas integrantes del grupo, entre ellas tres Madres de Plaza de Mayo y las dos monjas francesas. Las 5 con destino final en los vuelos de la muerte y enterradas como NN en el cementerio de Gral. Lavalle. Guglielminetti, responsable del centro clandestino de detención “Automotores Orletti”. Argüello, represor junto a Etchecolatz de la Brigada de Investigaciones de la Policía de La Plata. Manuel Corder, represor uruguayo, vinculado al Plan Cóndor, autor de al menos 11 personas detenidas y desaparecidas. Gerardo Jorge Arráez, ex inspector de la Policía Federal, acusado de asesinar a más de 20 personas, y responsable de alrededor de 300 secuestros y desapariciones. Antonio Pernías, el genocida “la rata” de la ESMA. Mario Mascote, un represor con “protección especial”. Honorio Martínez Ruiz -ex SIDE- responsable también de “Automotores Orletti”. Carlos Suárez Mason (hijo), represor de la ESMA. Miguel Britos, ex agente de la policía con al menos dos crímenes encima, que se fugó de la Justicia y fue encontrado en Chaco en el 2017. Adolfo Donda, ex marino y represor de la ESMA, condenado por robo y apropiación de Victoria Donda. Marcelo Cinto Courtaux, parte de la inteligencia del ejército con operación en Campo de Mayo, estuvo 3 años prófugo hasta que la Justicia lo metió entre rejas en 2017. Su hijo fue asesor de Villarruel en la cámara de diputados. Julio César, represor dos veces condenado a perpetua, uno de los responsables de la desaparición de Julio López.
Estos son los genocidas. Con estos monstruos se reúnen los diputados. A esos quiere liberar el gobierno nacional.
Nunca Más es Nunca Más, que les quede bien claro.
Imagen: H.I.J.O.S.
