Gustavo Cordera, el que hace casi una década mostró la hilacha para hablar de “violaciones” y las pibas, para inundarse en la mierda machirula, y ahora -como tantas veces en estos años- jugar a ser “víctima”, con el ego mesiánico absurdo, y los “amigotes” del periodismo que no repreguntan porque “soy fanático de la banda”. Y la complicidad de muchos sectores, incluso que se siguen denominando “progresistas”. Pero el escrache llega, el “a dónde vayan” pega el grito, y Cordera fue escrachado en Córdoba.
Este mismo sujeto, salió ahora mismo a justificar a Barreda, y no es novedad, basta con solo recordar el “Locatti, Barreda, Monzón y Cordera también matan por amor”, fragmento de la canción que Bersuit, una vez que este perverso se fue de la banda, cambió por completo la letra.
Y ahí están, los que hablan y esconden la cola, los que justifican abusos y violaciones, los que se ríen de los femicidios, y los que justifican la sangre de las pibas, y está por supuesto la respuesta, el repudio, el escrache, y que a Cordera ya no lo escucha nadie, y los que todavía quieren ir a verlo se encuentran también con este grito unificado de la lucha de las pibas, de derechos, de una revolución que no para por más que desde el Poder y de impresentables como este machirulo nos quieran hacer creer que “pasamos de moda”.
Por un lado el escrache, y por otro el textual de Gustavo Cordera a días del triple femicidio que sacudió al país. ¿Qué dijo? esto: “Para mí Barreda simboliza una injusticia cometida sobre una persona que reacciona de manera violenta para salir de esa injusticia”, sobre quién asesinó a cuatro mujeres.
Cordera habla de “persecución organizada”, se ampara en pseudos periodistas que lo protegen, en que nadie repregunte, y así solito o acompañado por falsos progresistas, se hunde en la propia mierda, la que tuvo siempre encima, pero que destapó allá por el 2016.
