Se cumplen 43 años de la histórica visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos al país, aquel 6 de septiembre de 1979. Durante más de dos semanas visitaron centros de detención, se realizaron entrevistas, y recibieron una enorme cantidad de denuncias para poder documentar el terrorismo de estado, la tortura y la desaparición forzada de personas. La misión marcó un antes y después en la lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia. Las acciones y el informe final de la CIDH constituyeron un respaldo fundamental para las denuncias de delitos de lesa humanidad llevadas a cabo por familiares de víctimas, sobrevivientes y organismos de derechos humanos, y de alguna manera contribuyó al comienzo del fin de la última dictadura cívico militar.
Por Jorge Ezequiel Rodríguez
“… Porque cada ciudadano argentino debe tomar conciencia de ella. Unos, lo hemos hecho por el dolor; otros lo harán por el conocimiento. Pero debemos asimilar esta verdad porque es nuestro compromiso con las generaciones futuras. Si no quedará por siempre una sombra de tristeza en los descendientes de esta generación tronchada, y no llegará la paz a tanto familiar desolado. Siempre mirará a su alrededor pensando en qué lugar incógnito podrá seguir sufriendo su hijo o qué árbol o qué trozo de cielo recogió su última mirada, su último suspiro, su último pensamiento. Porque hasta les fue negado el trozo de tierra que desde su nacimiento tienen ganado para descansar”.
Extracto de la declaración de las Madres de Plaza de Mayo a la CIDH
Si bien en el año 1976 la Amnistía Internacional había visitado Argentina, la llegada de la CIDH fue un apoyo fundamental para la lucha de familiares y organismos de ddhh. En ese año, las denuncias ya habían adquirido mayor difusión en el mundo, y se pudo poner en evidencia el accionar de las fuerzas armadas; persecuciones, secuestros, desapariciones forzadas, torturas, asesinatos, fusilamientos, encarcelamientos, apropiación de niñxs nacidxs en cautiverio, tortura, exilio, y censura. Se logró un importantísimo hecho, familiares de las víctimas y sobrevivientes comenzaron a romper el silencio y a denunciar el plan sistemático del genocidio.
A 43 años recordamos aquella visita como una bisagra en la historia argentina. La importancia de que las denuncias tomaran mayor alcance internacional hicieron un aporte a que la última dictadura cívico militar pierda poder. La lucha de las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo, de los organismos, de familiares, sobrevivientes, y del movimiento entero por los derechos humanos, fue y es un ejemplo para el mundo, y todavía hoy se mantiene la lucha sabiendo que no todo está resuelto. Falta mucho. Hay más de 300 personas que todavía no conocen su verdadera identidad, no sabemos dónde están lxs compañerxs detenidxs y desaparecidxs, muchos genocidas se siguen riendo de la justicia y caminan por las calles como un ciudadano más. Los juicios continúan, las denuncias se suman, las investigaciones avanzan. Al día de hoy, en pleno 2022, todavía se reciben denuncias de familiares, se continúan señalizando centros clandestinos de detención, comisarías, hospitales, cementerios en los que muchxs compañerxs fueron enterrados como NN. Algunos candidatos políticos, incluso que ocupan banca en el congreso, hacen del negacionismo una bandera. La lucha sigue, falta mucho, pero la Memoria está presente, a la Verdad se la defiende, y el reclamo de una Justicia plena se mantiene bien firme.