La policía mató a Javier Ordoñez y la bronca estalló en Colombia. Hoy ya llega a la decena el número de muertos en las calles. Desde Bogotá, escribe Lucas Tyan.
El cobarde asesinato de Javier Ordoñez de 44 años en manos de oficiales de la Policia Nacional de Colombia este martes, fue la chispa que detonó a una sociedad golpeada por el Covid, por la crisis económia y, por sobre todo, la violencia. En el video filmado por uno de los amigos de Javier, se ve a dos agentes que, a pesar de tenerlo reducido en el suelo suplicando “ya no más, por favor”, aplican en varias oportunidades descargas eléctricas con sus pistolas Táser (sí, las mismas que Patricia Bullrich compró para equipar a las fuerzas de seguridad durante su mandato en Seguridad) mientras sus amigos ruegan para que no lo lastimaran más.
Lo que vino después de esa escena está en investigación. A Javier lo llevaron todavía con vida a un Centro de Atención Inmediata de la policía (CAI) cercano y luego fue remitido a un hospital, donde murió, presuntamente, por los golpes recibidos. El caso generó furia ya que Javier era abogado y manejaba un taxi para alimentar a sus hijos de 12 y 15 años y su único error fue salir de su casa a comprar una cerveza. A raíz de este hecho la gente salió a manifestarse frente a los CAI de su barrio, llamativamente, estaban abandonados y fueron objeto de destrucción.
Cuando las manifestaciones se dispersaban, sin más daños que lo material, grupos de la Policía Nacional y del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) salieron a la caza. Lo hicieron de manera literal: dispararon balas de plomo contra la gente que se movilizaba. Hasta ahora, son diez las víctimas de esta masacre. Todos jóvenes de entre 17 y 35 años de barrios trabajadores. Desde el gobierno nacional y desde la cúpula policial no hubo autocríticas y desde los medios tradicionales, afines al oficialismo, hacen foco en el vandalismo.
Pero la sociedad está harta. Desde el 2016 algo se quebró a partir de los acuerdos de paz. Se vive en una tensa calma que se interrumpe con alzamientos que son cada vez más populares y violentos. Uno de esos momentos fue el año pasado, cuando el asesinato de Dilan Cruz por parte del ESMAD terminó en una revuelta de varios días, donde incluso se dispuso del estado de sitio en distintas ciudades del país. En ese momento, las manifestaciones se vieron opacadas por supuestos saqueos de los cuales nunca se tuvieron pruebas, pero que sirvieron para amedrentar a la gente de salir de su casa.
En Colombia más del 50% de los trabajadores son informales, de ese porcentaje la mayoría vive al día. Ese sector es el más perjudicado por la crisis económica que arrastra el país desde hace dos años y que en el marco de la pandemia se agudizó. ¿Qué hizo el gobierno del presidente Iván Duque al respecto? financiar a la banca. Por ahora lo único que tiene el gobierno para el pueblo es represión y mentiras.
“Homicidios múltiples”, dijo Ivan Duque en cadena nacional. “No son Masacres, son homicidios múltiples”, fue la frase completa. Así definió el mandatario a las más de cincuenta masacres que se han perpetuado sólo en 2020 en el territorio colombiano. Pero para defender al ex presidente y patrón político, Álvaro Uribe, de las múltiples causas por narcopolítica, parapolítica, manipulación de testigos y un largo etcétera, el presidente no utiliza eufemismos. Pero no se da cuenta que la sociedad está harta. Se cansó de que le escondan muertos debajo del tapete.