Por Editorial Sudestada
Ya vimos esta película, en la que el Congreso vota una ley de emergencia, el presidente la veta, y los mismos que votaron la ley cambian de repente y votan a favor del veto. Y nos tratan de idiotas, se venden al mejor postor, se rifan cargos a futuro, embajadas, sobres, transas por atrás, y hasta se realizó un asado de festejo en Olivos para empobrecer a los jubilados. ¿Se acuerdan de eso?
Ahora otra vez el Congreso en la mira, para rechazar o apoyar los vetos, sobre la emergencia en discapacidad, la movilidad jubilatoria, el aumento al bono de los jubilados, y de la estafa $LIBRA ya sabemos… ahí no hay sorpresa, porque el blindaje a la corrupción nacional es enorme. Lo cierto es que tanto el aumento para los jubilados como la ley de emergencia en discapacidad, pero también la “ayuda” a Bahía, no le mueve un pelo a los números del Estado, sin embargo Milei mismo afirmó que estas leyes son “un genocidio sobre las generaciones futuras”. Y la perversión supera todo, y la clase política viene traicionando al pueblo hace rato, y el PRO se alinea, y los grotescos votan por orden presidencial, y “los radicales con peluca” están a la espera de qué hay a cambio, y el peronismo camaleónico…
Afuera el pueblo, que lucha, que resiste, que grita, que no se doblega, y que se une para que estos miserables sientan lo que significa quitarnos derechos, que si el costo político o judicial no llega, llegará el de la calle, el del llano, y por eso los funcionarios del hambre y los que hoy votan por el veto, no caminan ni una sola vereda.
Y adentro… los traidores, los que cobran millonarios salarios pero le dicen a un jubilado que se la arregle con 300 lucas, los que llegan en blindados y se cagan de risa, porque mientras la SIDE recibe miles de millones, Defensa busca aviones y los compra no sabemos para qué, y hasta Karina se ríe del rolex de 35 mil dólares, la ley de discapacidad “es un genocidio”, y el aumento a los jubilados “condena al país”. ¿Nos damos cuenta todo lo que esto significa?
Afuera el pueblo, adentro… los mismos de siempre.
