El gobierno eliminó la obligación de verificar permisos a niños y niñas en viajes al exterior


Por Editorial Sudestada

Esta medida es parte del plan de desregulación de Sturzenegger, algo de lo que prácticamente no se habla, y que va de la mano con la destrucción del Estado. Por esta razón, de ahora en más los controles -anunciado por el gobierno nacional- quedarán en manos del personal fronterizo. Es decir que un adulto puede llevar a un menor de edad en micro sin papeles, llevarlo a cualquier parte del país como si nada, y si intenta cruzar la frontera, lo “controlará” quienes están allí. Menos controles, más “vía libre”.

La problemática principal es la trata de personas. Por eso la pregunta. Y por eso la importancia de una medida que impacta de lleno, que pone en peligro a las infancias, y que visibiliza la intención de este rejunte al Poder. Porque con Loan no hicieron nada. Y el “protocolo” lo activaron días después, cuando ya era tarde. Y cuando las papas quemaron, Bullrich viajó hacia allá y sostuvo que el niño podría estar en la panza de los yacarés. De esos absurdos cómplices de la trata, a esto.

Por otro lado, el plan de Sturzenegger -y el plan mayor del gobierno- es la destrucción del Estado. Y ahí debemos preguntarnos qué significa, o en todo caso, qué representa que el Estado se corra al costado, no exista, no interfiera, y la “libertad” fomente los crímenes, los secuestros de menores, la venta de órganos, y una problemática que en nuestro país aumenta, preocupa, lastima, y prácticamente nadie la nombra.

Ellos lo dijeron. Milei mismo habló del verano como esos meses en los que “la gente no se entera”. Y hablaron del 2025 como la avanzada de este plan que ya comenzó, que ya empieza a condenarnos, y que a la vez recién muestra sus garras.

En el país de la trata, del tráfico de niños, de progenitores que violan perimetrales y se llevan a sus “hijos”, el gobierno le dice a las empresas que no pidan nada, porque el Estado “no está para eso”. ¿Y para qué está?

¿Vía libre para la trata? Una pregunta a responder, como también la de qué estamos haciendo -todxs- sobre cada ejecución del peor gobierno democrático de la historia.