Por Editorial Sudestada
Un día como hoy pero de 1973, los chacales secuestraban a Víctor Jara
Cuentan que aquel día Jara saludó con un fuerte abrazo a Joan y a sus hijas, y se encaminó hacia la Universidad. Que el día anterior en La Moneda los tanques, las bombas, los fusiles, y el disparo a Allende, sacudió a todo el pueblo. Que Víctor supo lo que se vendría, pero salió igual. Quizás por eso el abrazo tan potente con su familia, o tal vez eso siempre fue parte del amor que todavía pregona.
Cuentan que las calles estaban teñidas de violencia, de sangre y persecución, y que este muchacho de rulos y sonrisa ancha entró a su lugar de trabajo, y rodeado de compañeros, docentes, estudiantes, sacó la guitarra y abrió la voz. Que hubo lágrimas y lucha, resistencia y un horizonte bastante oscuro. Cuentan que cuando los chacales entraron con violencia lo secuestraron junto a los que cantaban, se miraban a los ojos, y soñaban. Y cuentan que los genocidas no lo reconocieron, sino hasta adentro del Estadio de Chile, ya en cautiverio. Que uno de ellos advirtió que era “ese cantor”. Que lo apartaron. Que le pegaron hasta el cansancio, que lo torturaron, pero que él se anticipó a ello y -secuestrado- le pidió un lápiz y una hoja a un compañero y estampó el “Somos 5 mil”.
Cuentan que de ahí en más los verdugos pretendieron que Víctor sea olvido. Que esa guitarra no suene más. Que las verdades más nadie las cante, ni las hable, ni las grite, ni las multiplique. Que lo de los dedos y la lengua se los dejamos a los siniestros. Que los compañeros vieron que la dignidad tenía nombre y apellido, por más que arrojaran su cuerpo en plena calle, como descarte.
Cuentan que aquel “hombre extraño”, como lo definió un hermoso cubano, sostenía que “Hay que entregarle al pueblo las armas para que se convierta en creador. Ahora, el canto les pertenece a todos”. Que hay una estrella que brilla más que las demás. Que ahí se ilumina el “canto valiente”, la voz de los pueblos, y la sonrisa de un tal Víctor Jara, cinco décadas después, toda la eternidad por delante…