La noche del viernes pasado, After Chabón se hizo presente en Zona Sur festejando sus seis años de tributo a Sumo. La banda conformada por Favio Barraza en voz, Juan Ignacio Ortiz en guitarra y coros, Nicolás Lésfori como segunda guitarra, Agustín Irigoyen Mirich en bajo, Federico Aboaf en batería y Mariano Romero en saxo, se presentó en el emblemático Tío Bizarro, ubicado en el barrio de Burzaco, para revivir los grandes éxitos de una de las principales bandas del circuito del Rock Nacional durante la década del ‘80.
por Florencia Rad (@_florencia.rad)
Un pequeño viaje en el tiempo
After Chabón inició su recorrido musical llevando canciones de Divididos a distintos sitios del underground. En ese entonces la banda se hacía llamar Aplanados, en referencia a la “Aplanadora del Rock”, el mítico nombre con el que se conoce al grupo liderado por el cantante y guitarrista Ricardo Mollo.
Con Aplanados empezaron a observar que el público cambiaba de actitud cuando se animaban a tocar algún tema de Sumo, tal como lo hace Divididos en sus shows, y fue ahí cuando comenzaron a plantearse la posibilidad de tomar otro rumbo. Un camino alocado, la búsqueda por impactar desde lo estético y lo visual, un rumbo que, sin dudas, traería más juego y movimiento en cada presentación. Sumo, al fin y al cabo, era eso: una constante renovación revolucionaria.
Un ensayo, dos, después tres y lo que estaba surgiendo tenía potencial.
En julio del 2016, la banda que llevaba tan solo un mes y medio ensayando el repertorio de Sumo, recibió la invitación del pub Tío Bizarro para tocar en vivo. Esa noche se celebraba el día del amigo, las calles estaban repletas de gente que iba y venía, y muchas personas decidieron entrar al lugar con intenciones de tomar, comer y escuchar alguna banda. Lo que toda esa gente no sabía era que en ese escenario estaban por ver surgir a After Chabón.
Favio Barraza, líder y cantante de la agrupación, en comunicación con Sudestada expresó: “Si bien fue largo el camino, yo creo que la consolidación de la banda se dio la primera vez que tocamos en Casa de Luca a fines del 2018. Fue un día muy agónico porque llovía, quedó gente afuera, no lo podíamos entender. Sentimos que ese fue el sello definitivo para la banda”.
Dale, dale con el look
Eran las 00.15 del viernes y sobre el escenario de Tío Bizarro los instrumentos brillaban bajo los efectos de las luces azules y violetas. Un enganchado de rock internacional de los 70 y 80 sonaba de fondo mientras el público empezaba a acomodarse entre los huecos vacíos que encontraba.
Luca estaba en todas partes. No solo estampado en remeras o tatuado en la piel de algún fanático sino también en el aire. Se respiraba esa energía que lo caracterizaba, mezcla de agite y locura con una serenidad envidiable.
Cinco minutos más tarde cada instrumento tenía su dueño. De pronto, todo se vuelve oscuridad y un hombre pelado con barba, camisa blanca detrás de una campera y jean oscuros aparece frente al micrófono para darle paso a la primera canción de la noche: Estallando desde el Océano. De esta manera, arrancaba el show de After Chabón en el lugar que los vio nacer allá por el año 2016.
A continuación le siguieron Hello Frank, No acabes, Virna Lisi, No duermas más, Heroína y Breaking Away. Con un comienzo regido por el reggae, cada una de las melodías avecinaba el torbellino que tenía preparado la banda para su público.
“Estoy dando vueltas sobre el carrusel, mi cabeza está podrida y se me quema la piel. Los pies me duelen, no tocan el piso”, marca la mitad de la lista de canciones. El ritmo acelerado de Banderitas y Globos quiebra la calma que los siete temas anteriores habían instalado y pareciera como si no hubiera otra manera de responder a la música más que saltando.
Crua Chan, Regtest, No tan distintos, Mejor no hablar de ciertas cosas, El ojo blindado, Fuck you y Nextweek, fue la estocada que hubiera hecho delirar a cualquier persona que estuviera ahí. El ska, el punk rock y el post-punk se hicieron presente.
El principio del final se estaba asomando y con La Rubia Tarada se encargaron de dar el primer aviso. Los Viejos Vinagres, White Trash y Debede fueron los encargados de cerrar una noche emocionante mientras el cantante se despedía con una peluca puesta similar a la que solía usar Luca en algunas de sus presentaciones.
“Sumo tiene mucha fusión de ritmos. Salís de un reggae hacia un punk enloquecido, y de ahí a un ska. Eso es lo que tiene justamente la creación de Luca Prodan”, dice Favio Barraza.
En relación a los comienzos de Aplanados y al surgimiento de After Chabón, asegura: “Nos permitió otro movimiento”.
Unidos por la felicidad
En 2018, la banda alcanza uno de sus deseos más anhelados: tocar en el Teatro Flores, una de las salas más destacadas y exclusivas para recitales. Una sede elegida por muchas bandas nacionales e internacionales, como por ejemplo Divididos, ni más ni menos.
Un año más tarde, After Chabón definía su identidad propia, tocando por tercera vez en Flores y en Basta de Todo, el programa de Matías Martin en Radio Metro.
Este 14 de agosto la banda estará subiendo por décima vez al escenario del Teatro Flores acompañado por Superlógico -banda tributo a Patricio Rey y sus redonditos de ricota- y por Fuego Ritual -banda tributo a Los Piojos- en una fiesta homenaje al Rock Nacional.
“Hoy buscamos sorprender o llamar la atención desde lo visual porque lo musical ya está marcado. Hay que ir renovándose para generar que la gente quiera seguir viéndonos. Renovarse es fundamental”, afirma Favio Barraza.
Luca: un ícono eterno
Luca Prodan, nacido en Roma en 1953, se destacó por su autenticidad, su rebeldía y su inteligencia. Nunca dejó de explorar la música y hacerla parte de su expresión, tal es así que cuando aterrizó a la Argentina trajo en su linaje musical géneros como el reggae y el punk rock a un país que los desconocía por completo.
“(…) Yo vivo en una casona del barrio histórico de San Telmo. Toda rota la casa, y así me gusta. Es como todo: como mi campera, como mis zapatos… y también como, a veces, la música de Sumo; pero a la gente le gusta porque, por lo menos, es verdad”, dice Luca Prodan en una entrevista con Néstor Nardella en Julio de 1987, cinco meses antes de su muerte.